sábado, 22 de enero de 2011

LA BURRO-CRACIA A LA ORDEN DE LA FRIVOLIDAD (ESSALUD)

La palabra burocracia no solamente se refiere a una forma de administración, en otro sentido alude a la manera de actuar frente a los demás haciendo que un determinado servicio público llegue a la ciudadanía. Sin embargo, estos individuos no toman en cuentan la calidez humana ya que nos consideran como una cifra en su sistema de atención. A la manera del personaje de Graham Grene, la representación del burócrata se torna en un individuo insensible, traficante y adulterador de la penicilina. Los burócratas simplemente ofrecen un trato frívolo y cosificante.

Hoy viví nuevamente el trato burócrata en el modernísimo hospital Hermilio Valdizán. Sé que el equipamiento y la modernización de estos centros de servicio de la salud (ESSALUD) le compete al gobierno central. Pero, señor alcalde "koko" Giles, ¿por qué en vez de derrochar tanto dinero en espectáculos que conllevan a la embriaguez, a actos vandálicos y delincuenciales, no moderniza el hospital? Bueno este cuento ya es parte de otro tema.

Inhumanidad y frivolidad rondan en las cabezas de ciertos médicos
cuando tratan a los pacientes.
Me dirigí a emergencia, entré y me encontré con el enfermero de guardia. Me senté y me preguntó el motivo de mi asistencia. Le explique diciéndole que hace dos días que estoy postrado en cama y que la medicación a base de pastillas antigripales no ha surtido el efecto esperado. Incluso, agregué que mi respiración es latosa y tengo sudoración. Iba a continuar cuando el individuo me dijo que vaya al consultorio. La verdad que reaccioné pero ya con voz imperativa le dije: "esto es una emergencia señor, mis síntomas se han agudizado y sé que puedo entrar en una etapa fatal”. Mirándolo a los ojos fijamente y con cierto desdén, se puso nervioso e inmediatamente ordenó a las técnicas en enfermería, medirme la presión y tomarme la temperatura, mientras esperaba la llegada del "doctorcito", el bastardo ese.

Quince minutos después llegó el guardián de la salud, el doctorcito. El enfermero nervioso le dijo a su patrón, Doc, el joven viene por una consulta. El medicucho entró a su consultorio sin mirarme. Ya adentro me miró frívolamente, lo saludé amablemente y le dije, Doctor hace dos días... ya vaya al consultorio me dijo, dejándome con las palabras en la boca, mientras se retiraba atender a otro paciente.

Me dejó desconcertado me sentí humillado, mientras en mí la ola se retiraba para venir con fuerza. Me acerqué a él y lo peché al enano de un metro cincuenta. ¡Oye burócrata miserable, tú me conoces para saber que no estoy grave, eh… basura de alfeñique! Casi le destruyo su consultorio si es que no fuera por los guardias de seguridad que me sacaron del hospital. Tomé una mototaxi, me dirigí a la farmacia 24 horas, compré una penicilina en polvo de un millón, mezatocina, megacilina, una jeringa y otras cosas más y fui a mi casa a inyectarme solo.

Ahora parece que estoy mejor. ¿Cómo no existe algo así para mejorar la calidad del trato humano en los hospitales? Cada vez me decepciona la especie humana. Cada vez me dan ganas terribles de matar promotores ambiciosos, doctores burócratas, amigos desleales. Felizmente aún tengo un puñado de amigos incondicionales; Nietzsche decía que existen los elegidos y los condenados; a los segundos hay que ayudarlos a desaparecer.

(Escrito por Mago de oz)